Un hombre que había sido declarado incapaz logró alquilar una vivienda e instalar su propio negocio gracias a la intervención de la Justicia
A partir de un plan de acción trazado desde el Juzgado de Familia de la Iª Nominación del Centro Judicial Capital, a cargo de la Dra. Karina Lescano De Francesco, un hombre que había sido declarado incapaz pudo revertir su realidad y se convirtió en una persona autosustentada y autónoma. El abordaje judicial se realizó en el marco de un juicio de determinación de la capacidad, y fue desarrollado siguiendo las pautas que establece el modelo social de la discapacidad. La intervención judicial y el apoyo de una red interinstitucional y comunitaria le permitió a Juan de Dios, vecino de la localidad de Tafí Viejo, iniciar una vida independiente en un nuevo hogar alquilado con sus propios recursos, donde además ha instalado un negocio comercial en el cual él ahora vende los productos de limpieza que antes ofrecía en la calle.
Juan de Dios atravesaba una problemática muy compleja: sufría violencia familiar y económica a consecuencia de la cual solía quedar en situación de calle y transitar en dispositivos institucionales, y se dedicaba a la venta ambulante de algunos productos de limpieza, frutas y verduras.
Rehabilitación basada en la comunidad
El proceso destinado a lograr la efectiva inclusión social de Juan de Dios comenzó en el año 2021, en el marco de la revisión de su declaración de incapacidad, oportunidad en la que desde el juzgado se comenzó a dialogar con otros estamentos estatales que eran referenciados por Juan de Dios, con el objetivo de crear una red de apoyo interinstitucional. Se desarrolló así un programa de rehabilitación basada en la comunidad cuyo objetivo fue resolver los problemas estructurales que atravesaba Juan de Dios en lo relativo a la vivienda, la alimentación y la salud, entre otros.
El plan de acción -en el que también participaron la Defensoría de Niñez, Adolescencia y Capacidad Restringida de la IIª Nominación, el Cuerpo de Peritos Médicos Oficiales del Poder Judicial y el Área de Articulación del Fuero de Familia- contempló, entre otras cuestiones, la provisión diaria de viandas de comida, la inclusión de Juan de Dios programas de alfabetización y capacitación laboral, la modificación de su certificado de discapacidad, entre otros.
Tras ese proceso, en 2022 la jueza dictó un fallo en el que dejó sin efecto la declaración de incapacidad y estableció los alcances de la capacidad jurídica para la toma de ciertas decisiones patrimoniales (en especial las que tienen que ver con su vida cotidiana) y referidas a su salud. La sentencia tiene un apartado en el que le explica al hombre lo decidido en términos comprensibles, y representó en comienzo de una nueva vida para Juan de Dios porque posibilitó además que el hombre pudiera alquilar una propiedad en la que también instaló su negocio, brindándole muebles y electrodomésticos. El fallo detalla el programa de rehabilitación y ordena la continuidad del trabajo interinstitucional, con un seguimiento bimestral del caso.
Respecto del proceso de trabajo, la Dra. Lescano De Francesco explica: “Desde el juzgado se decidió la conformación de una mesa de trabajo integrada por el equipo interdisciplinario del CIC San Alberto, funcionarios de la Municipalidad de Tafí Viejo y el Poder Judicial que, con la participación directa y personal de Juan y a través de la celebración de varias audiencias, diseñara un plan de acción a modo de ‘traje a medida’ para Juan, destinado a revertir esas interseccionalidades y potenciar su autonomía, dando así inicio a un proyecto de rehabilitación en basada en la comunidad a partir del modelo social de la discapacidad que establece la Convención de los Derechos de las Personas con discapacidad. En ese camino se advirtió que Juan requería aprender acciones simples e instrumentales de la vida cotidiana, por lo que se decidió la creación de una red de apoyos interinstitucional e interdisciplinaria. El contacto semanal con Juan nos permitió conocer que contaba con diversos recursos simbólicos para el despliegue de su autonomía lo cual hizo necesario revisar el originario diagnóstico de salud mental, reevaluación interdisciplinaria que fue encargada al equipo del CIC San Alberto quienes trabajaron específicamente en las potencialidades de Juan. Ese informe permitió conocer que con los apoyos necesarios Juan podía –en algún momento- aprender a vivir solo y realizarse como sujeto de derechos en el mundo laboral y social”, puntualiza la magistrada, y agrega: “Con toda esa nueva información, se dictó una sentencia en 2022 que lo autorizó a celebrar de manera autónoma su primer contrato de alquiler, que fue redactado en lenguaje muy sencillo para que Juan tuviera plena comprensión de sus derechos, y de las obligaciones que asumía”.
La intervención diagramada por el juzgado se basó en lo normado por la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CIDPD), la cual establece el modelo social de discapacidad. Para dicho modelo, las causas que originan la discapacidad son sociales o preponderantemente sociales: el problema de la discapacidad no son las limitaciones individuales sino las limitaciones de la sociedad para aceptar y respetar la diversidad funcional y garantizar el goce de sus derechos en condiciones de igualdad. “Este modelo es radicalmente distinto a las anteriores concepciones que, basadas en la afección psicológica o mental de las personas con discapacidad mental, las cristalizaba en el lugar de la deficiencia, asignándoles una identidad negativa (…) y las hacía objeto de políticas asistenciales, sanitarias y paternalistas que, lejos de respetarlas en su singularidad y dignidad, las invisibilizaba y las colocaba en un lugar social de minusvalía como ciudadanos de segunda categoría”, explica en la resolución.
Hoy, tres años después de la constitución de la mesa de trabajo y a dos años del dictado de esa sentencia, la Dra. Lescano De Francesco destaca los avances que continúa haciendo Juan de Dios: él cobra y administra su pensión, con la que paga el alquiler de su casa, y se sustenta sus otros gastos con lo que gana con la venta de artículos de limpieza, frutas y verduras y continúa aprendiendo en el marco de los programas de alfabetización y capacitación laboral. “Estamos contentos de que Juan haya renovado su contrato de alquiler de vivienda, sea él mismo quien cobra su pensión y administre sus pagos, haya ampliado la clientela de su pequeño negocio y sostenga las redes de apoyo con quienes con altísimo compromiso hicieron posible una real inclusión”, ponderó la magistrada.
La historia de Juan de Dios se encuentra disponible en un video institucional. Para acceder al video, clic aquí.