INSTITUCIONAL

Presentación de la Revista Jurídica Edubba Iuris, dirigida por los Dres. Jorge Alejandro Amaya y Luca Mezzeti. Exposición de la señora vocal, Dra. Claudia Sbdar

Con la presencia de sus directores, Dres. Jorge Alejandro Amaya y Luca Mezzeti, el pasado jueves se realizó el lanzamiento de la Revista Jurídica Edubba Iuris. La presentación estuvo a  cargo de la Sra. Vocal de la Corte Suprema de Justicia, Dra. Claudia Sbdar y de los Dres. Osvaldo Gozaíni, Marcelo Iñiguez, Sergio Estrada Vélez, Manuel Riera Domínguez y Dra. Marta Altabe.

La Dra. Sbdar se refirió al espíritu de esta nueva publicación, a la importancia de la formación de los profesionales del Derecho y a un tipo de aprendizaje muy particular que está implicado en los estudios posdoctorales, al que definió como “una expresión genuina de nuestra voluntad de saber más, conocer, actualizarnos y corregirnos”.

Expresó la Dra. Sbdar: “Hacia el año 3000 antes de Cristo existían en los templos sumerios las 'edubba' o 'Casa de las tablillas'. Allí los alumnos aprendían mediante textos redactados por los profesores en tablillas de barro. Las edubba eran pues, y en términos más simples, 'escuelas'. Cobra entonces un significado especial la revista jurídica que hoy se presenta, publicada por el Instituto para el Desarrollo Constitucional bajo la dirección de los doctores Jorge Alejandro Amaya y Luca Mezzetti, pues como su nombre lo dice, se plantea como una 'escuela de derecho', Edubba Iuris.

En busca de ese objetivo, con frecuencia semestral se publicarán trabajos de investigación originales e inéditos, relacionados con las especialidades de Teoría Jurídica, Filosofía Política y Filosofía Social. Aborda una rica y variada temática desde una perspectiva comparada, en clave latinoamericana, abarcando cuestiones atinentes al derecho brasileño, colombiano y argentino, construyendo, sin dudas, un valioso aporte para la reflexión crítica de las principales cuestiones jurídicas de actualidad.

Todas las investigaciones aquí contenidas son el fruto del trayecto de posdoctorado realizado por sus autores en la Universidad de Bolonia.

Un pos doctorado nos define como un proyecto de aprendizaje permanente en constante ejecución. Destacaría de todos quienes decidimos embarcarnos en el estudio y el perfeccionamiento siendo adultos, que así es porque hemos encontrado dudas, errores y cosas por pulir respecto a nuestro conocimiento y nuestra acción. Y un trabajo posdoctoral puede definirse como una praxis, es decir, la relación dialéctica entre teoría y práctica en donde ambas se enriquecen una a la otra y porque tienen entre ellas una relación de dependencia ontológica: no hay práctica sin teoría y no hay teoría sin práctica.

Como dice el Dante en La Divina Comedia, 'Amo tanto la duda como la certeza' y, en su Canto primero, 'Nos hemos sentido en la mitad de la vida en aquel bosque frondoso y sin rumbo', que es cuando entonces aparecen oportunidades para aprender, para reconocer los desconocimientos, para entre todos recorrer un camino de perfeccionamiento y corregibilidad.

Cuando debatimos sobre el perfil del juez/a en los tiempos actuales, defiendo siempre esta idea de la formación permanente, no solo para juntar certificados y rendir concursos, sino sobre todo para mejorar la calidad de nuestras decisiones judiciales, y entonces de nuestro servicio a la ciudadanía, a la que nos debemos. Y todo ello hace pie, aunque suene insólito en el impulso que nos da la conciencia de la propia falta, es decir que la capacidad de entender que no entendemos algo en este proceso de formación, es fundamental. Buscamos respuestas cuando damos lugar a la pregunta: es la pregunta la protagonista; la duda, la directora; y la formación, la película.

Pero vale decir también que en estos tiempos la formación ha sufrido una patologización que prioriza el curriculum ante las habilidades; que pone en el certificado el objetivo y no una expresión de una trayectoria. En cambio, una investigación pos doctoral es una expresión genuina de nuestra voluntad de saber más, conocer, actualizarnos y corregirnos. Como anécdota de lo dicho, cabe traer a colación una novela del español Javier Cercas, 'La velocidad de la luz', cuando en un momento de crisis vocacional sobre la escritura dice algo muy importante: Lo que más temía era que 'la verdadera vocación no era escribir, sino haber escrito', es decir sólo haber hecho lo que hizo para su reconocimiento. Esto a veces pasa …Y no se debe perder de vista que el currículum es, no hay dudas, un necesario registro de nuestras actividades, pero el problema deviene cuando cede a la presión para actuar sólo para el currículum, que pasa de ser medio a convertirse en fin en sí mismo. Por esto lo valioso son los actos y las investigaciones que devienen en escritos, en respuestas que nacen de verdaderas preguntas.

Se trata de no aferrarse al papel que diga el nombre del título obtenido sino de nunca dejar de pensar, dudar, estudiar, y no para decir 'he estudiado', sino para reconocer que el aprendizaje es un proceso que dura toda la vida y que ese es el camino a seguir”.

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