INSTITUCIONAL

Registro Único de Postulantes a la Adopción: una silenciosa tarea para derribar mitos

“No buscamos niños para padres, sino padres para niños”. Esa frase sintetiza la tarea del Registro Único de Postulantes a la Adopción (RUPAT) de la Corte Suprema de Justicia que, en poco más de veinte años, ha logrado establecer otra mirada acerca de este complejo proceso. A partir de un nuevo paradigma, la adopción está pensada desde el contexto de los Derechos Humanos, lo que implica un cambio radical: hoy, adoptar significa crear un vínculo legal entre personas, pero el objetivo no es la satisfacción del deseo de los padres, sino la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Son ellos quienes tienen el derecho a vivir dentro de una familia, y es para esto que el equipo interdisciplinario del RUPAT trabaja con los aspirantes. Las consecuencias de este cambio de mirada se hacen evidentes. Muchos de los mitos en torno a la adopción logran ser derribados y es así como, mientras durante mucho tiempo los padres solo querían adoptar bebés recién nacidos, paulatinamente la RUPAT logró que se amplíe la disponibilidad adoptiva de la nómina de postulantes, que se extiende en algunos casos hasta los 12 años de edad (la franja más alta es la de 6 años). La estadística señala también que el Registro de nuestra provincia es uno de los más nutridos del país, tanto en número como en disponibilidad adoptiva de sus postulantes.

“El cambio en las estadísticas no es casual, sino que se debe al trabajo cotidiano que se hace en el Registro”, explica la Dra. Silvina Miguel, titular de esta oficina de la Corte. “Los padres llegan aquí con un deseo propio y con una idealización -dice Miguel-, y es entonces cuando comienza la tarea: en cierta forma, nuestro trabajo es el de derribar mitos”. Psicólogos, abogados y asistentes sociales intervienen para acompañar a padres y niños y desentrañar lo que significa realmente un proceso de adopción. Por medio de talleres de orientación y de sensibilización, los especialistas del Registro logran el fortalecimiento de las familias. La Sra. Mariana Jerez -también a cargo del RUPAT-, explica: “Trabajamos para que los padres y los hijos empiecen a construir su propia historia; con el tiempo, hemos logrado mejorar los procesos, lo que se visibiliza en la cantidad y la calidad de las vinculaciones que logramos”.

Las especialistas coinciden en definir al proceso de adopción como un entramado complejo. La principal dificultad, dicen, está en los mitos construidos socialmente en torno a distintos conceptos. “Lo primero que intentamos desmentir -dice Miguel- es la idea de que adoptar es un acto de amor, y de que el amor no es suficiente, los padres necesitan generar herramientas para ayudar a los niños a reparar sus heridas emocionales y transitar sus duelos”. Precisamente, una de las tareas centrales del Registro es trabajar para que los aspirantes desarrollen esas herramientas. En ese sentido, también es importante saber que “prohijar no es un acto altruista o solidario, es desear la paternidad y la maternidad eligiendo el camino de la adopción”, explica Jerez.

Otra de las cuestiones que se intentan derribar en los talleres del Registro es la estigmatización de los niños. “Muchas personas en nuestra sociedad -dicen las especialistas- tienen arraigada la idea de que los chicos que están en las instituciones tienen problemas de conducta, y nosotros trabajamos para que se comprenda que si hay algún tipo de problema, esto responde a que a los niños les cuesta verbalizar aquello que los perturba o les provoca dolor, y que esto es algo que puede sucederle a cualquier niño, no solo a aquellos que están en una institución”. En este sentido, aparece la creencia que los chicos de más de 7 años tienen “traumas”. “Nosotros decimos que durante su desarrollo esos niños tuvieron vivencias de un impacto emocional que no necesariamente devendrá en un trauma, y sobre todo, nos interesa resaltar que todo dependerá de lo que vivan con la familia adoptiva: el dolor puede ser elaborado con afecto y contención”, puntualiza Miguel.

Del mismo modo, desde el RUPAT se trabaja también para desterrar la idea de que los padres ingresan al Registro para “elegir” un hijo. “Los niños no se buscan ni se piden como si fueran objetos -dice Jerez-. Hablamos de complejidad, de niños que tienen recuerdos y memoria, conductas a través de las cuales podrán manifestar un malestar, por eso trabajamos para darles herramientas a los padres, para que puedan conocer y afrontar esa complejidad”.

En la tarea de abordar estas cuestiones, el RUPAT lleva adelante una tarea multidisciplinaria que va mucho más allá del registro de los postulantes: acompañar a los padres durante el proceso de inscripción y la guarda preadoptiva, fomentar espacios de trabajo interinstitucional, talleres de formación y orientación. Además, el Registro se encuentra trabajando en un protocolo que se refiere al proceso de vinculación del postulante seleccionado con el niño. La solidez de este abordaje ha posicionado a Tucumán como un referente de los Registros de todo el país.

Integran el equipo del RUPAT: Dra. Graciela Valls de Romano Norri -Presidenta de la Cámara Civil en Familia y Sucesiones, a cargo del Registro-; Dras. Silvina Miguel y Mariana Jerez -a cargo del RUPAT-; Lic. Pilar Aragón y Lic. Ana Inés Padilla -psicólogas del equipo técnico-; Psic. Cecilia Bobadilla Ortiz y Lic. Lucía María Yafar -equipo interino asignado a la Oficina de Revinculación-; y Cristina María Vitale, Lucas Gustavo Quiroga, María Cecilia Navarro y Fátima Paci -personal administrativo-.

 

Información sobre trámites

Todo el proceso de inscripción en el Registro de Adopción, como así también el proceso de guarda con fines de adopción, son totalmente gratuitos y personales. El RUPAT de Tucumán es cerrado, es decir, está habilitado solo para los habitantes de nuestra provincia.

La sede de RUPAT está ubicada en Lamadrid 377, 6º piso A. Horario de atención: de lunes a viernes de 09:00 a 15:00 horas.

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